Desde el primer día que conocí el proyecto que lleva a cabo AYMY en Haití me sentí impresionada y atraída por la humanidad, la dureza y la sinceridad en las palabras de Lucía. Ese esfuerzo para conocer la realidad de los niños y los cuidados que tanto necesitan, y sobretodo, ese gran sacrificio y empeño en mejorar la situación de abandono de esos niños y niñas en Ansé a Pitres hace de este proyecto algo muy especial e importante que trasciende los aspectos profesionales de crear una buena imagen y lo deposita en el plano personal de las emociones e intentar poner un granito de arena más en todo este desierto de desigualdades.
En la imagen corporativa muestro al “niño de Haití” como protagonista absoluto. El foco está totalmente en ellas y ellos, su silueta es el símbolo categórico y definitivo, por eso es un icono múltiple, con una potencia diversa y heterogénea, apoyado en una tipografía muy limpia y clara. Tanto en su forma horizontal como vertical, al igual que sobre una imagen, es un conjunto reconocible que llega a un amplio público y que destaca por su versatilidad y brillantez en las diferentes gamas de colores empleadas.
2 febrero, 2021
Branding, Dirección de Arte